Me gusta

Hay una pequeña manita, con el dedo pulgar hacia arriba y los demás doblados, como cuando se cierra el puño, que está sustituyendo a las palabras necesarias para expresar el aluvión de emociones u opiniones que puede generar una noticia, una entrada en un blog, una foto o cualquier elemento que se pueda encontrar en Internet.
Esa mano diminuta es tan solo una migaja del enorme patel que elaboró con esmero  Mark Zuckerberg.

No cabe duda que Facebook, el pastel del que hablamos, a supuesto un antes y un después en lo que ha relaciones sociales se refiere. Pero para crear una cosa así, es necesaria la presencia de una mente privilegiada como la de Zuckerberg. Este ex alumno de Harvard ha conseguido, gracias a su pequeño invento, ser el personaje más joven que aparece en la revista Forbes en la actualidad, con la nada despreciable fortuna de 6.900 millones de dólares. Sin embargo, la creación de algo como Facebook aparece rodeada, como tantas otras cosas, por un halo de denuncias, críticas y opiniones positivas.

Independientemente de lo que cada uno pueda opinar sobre éste, ya no tan nuevo, invento, nadie puede negar que ha supuesto una revolución en la historia de Internet y que tras su llegada, han aparecido varias redes sociales que siguen sus pasos.

The social network o La red social, como se llama a esta película en España, es una  muy buena manera de hilar la historia de la creación de Facebook y su última escena refleja una acción cada vez más común en la sociedad.